Queridas familias:
Como equipo educativo queremos deciros que estamos
trabajando desde el comienzo de esta pandemia con la misma ilusión, la
misma energía y el mismo cariño que siempre, aunque con la añoranza de no estar
en la escuela con vosotros. Estamos
intentando acompañaros y ayudaros en estos difíciles momentos, y agradecemos muchísimo vuestra
colaboración, ya que como siempre os decimos sois una parte fundamental de nuestra
escuela.
Cada día que pasa en esta situación, investigamos y buscamos la forma de que nuestros
peques aprendan, disfruten y se diviertan, queremos estar presentes en su día a día a través de videos que subimos
al blog, videollamadas, fotografías, etc. Pero también a vosotros, padres y madres , estamos para acompañaros en este proceso y ayudaros en lo que necesitéis y este en nuestra mano.
Hoy os vamos a hablar sobre el control de esfínteres. Sobre todo preocupa a los padres que sus hijos van a incorporarse al segundo ciclo de Educación Infantil.
CONTROL
DE ESFINTERES .¿Quitar o Dejar el pañal?
Se llama
control de esfínteres a reconocer cuando se tiene pis o caca y ser capaz de
retener su salida hasta que la persona se encuentra en un lugar adecuado para
hacerlo.
Necesitamos que el esfínter, músculo encargado de este proceso madure
poco a poco. Para ello el niño debe contar con unas adecuadas condiciones de
maduración.
Conforme el
niño crece, va madurando su sistema nervioso, pero no todos los niños maduran a
la misma vez.
Esto implica
mecanismos neurológicos motores y emocionales que deben funcionar de manera
coordinada.
Existen 3
signos de madurez indicativos de que vuestros hijos se están preparando para
dejar el pañal:
1-
Signos de madurez física:
- Un patrón regular de eliminación intestinal durante
el día.
- Destreza de subirse y bajarse la ropa.
- Puede permanecer sentado unos minutos.
- Esta seco durante más de 2 horas.
- Despierta seco de la siesta y algunas mañanas.
2-Signo
de madurez intelectual:
-Le molesta el pañal sucio, indica cuando se ha
mojado.
-Se esconde si va a hacer caca.
-tiene habilidades verbales y puede comunicarse que
quiere ir al baño.
-Puede acatar simples instrucciones.
3-Signo de
madurez psicológica.
-Le gusta agradar a sus padres.
-Entiende el reconocimiento.
-Se siente a gusto de sus logros.
-Muestra deseo de ir al inodoro.
-Intenta imitar a sus padres y hermanos.
La clave para
el control de esfínteres exitoso es reconocer los signos de que vuestros hijos están
empezando a prepararse para dejar el pañal.
Observa al niño, respeta los tiempos de cada niño,
fomentar la autonomía, proporcionarle un ambiente agradable y relajado…
Muchas veces
más de lo que hay que hacer, debemos saber qué es lo que NO se debe hacer:
NO- Forzar
el proceso, debemos atender a los ritmos del niño.
NO-
Poner límite de edad. El control de esfínteres depende del sistema nervioso
central, dependerá de su madurez, puesto es algo que no se aprende. De esta
forma no existe una edad a la que se deba quitar de forma obligatoria, ni debe
hacerse comparaciones con otros.
NO-Centrarse
en verano, la época del año tampoco influye como hemos dicho antes, este
proceso depende del niño.
NO-Obligar
a sentarse, no podemos dejar al niño sentado durante mucho tiempo, no sirve de
nada. Debe ir haciéndose poco a poco de forma natural.
Acompañar a
nuestros hijos es aceptar los procesos reales de maduración y crecimiento.
Los niños y niñas no pueden estar envueltos en exigencias que no pueden satisfacer y que pueden transformarse en
otros síntomas (angustias, terrores nocturnos, llantos….) que hemos generado
los adultos sin darnos cuenta.
Así pues,
depende de nosotros que respetemos este proceso
o lo intentemos acelerar y por lo tanto el niño viva este proceso de una forma
u otra.
¿Te salen los dientes porque te dé alimentos sólidos? ¿Aprendes a andar porque te pongas Zapatos?
De la misma manera, el niño no madura neurológicamente porque le quiten
el pañal.
NO PODEMOS "ENSEÑAR A CONTROLAR ESFINTERES" PERO SÍ ACOMPAÑAR EN EL PROCESO.
Carta a esos adultos que están (o van a estar en la
“Operación Pañal”
CONFIA
¿Os acordáis
de cuando vuestro peque estaba en el vientre?
CONFIASTEIS
en que se desarrollaría, en que crecería y en que llegaría un día que estaría
listo para nacer, estaba preparado para ello por naturaleza.
¿Os acordáis
de cuando asomaron sus primeros dientes?
CONFIASTEIS
en que aparecerían, el ser humano está preparado para ello, unos más pronto,
otro más tarde.
¿POR QUÉ EL
CONTROL DE ESFINTERES IBA A SER DIFERENTE?
CONFIA
El ser humano
está preparado para ello, unos antes, otro después.
CONFIA en que llegará un día que estará
maduro para ello.
¿Por qué
intentar “enseñar (que por cierto no se puede) algo que surgirá de forma
natural cuando realmente esté preparado?
¿Para qué estar pendiente del reloj?
¿Para qué tanta ansiedad?
¿Por qué
pasarlo todos mal? (Cuando les imponemos algo para lo que no
están preparados, lo pasan mal. Y nosotros ¿Cómo lo pasamos cuando hay mil
cambios de ropa?
¿Para qué estar pendiente de si acaba o no de hacer
pis?
¿Para qué preguntar tantas veces si tiene ganas?
CONFIA Y
DISFRUTA
CONFIA
en su naturaleza, está preparado para ello, pero quizás no en el MOMENTO que le
GUSTARIA al adulto.
Y
DISFRUTA del tiempo compartido, de tu maternidad, de tu
paternidad
El desarrollo
infantil NO es una carrera, es importante respetar su tiempo, su ritmo, su
naturaleza (y no el que a nosotros, los adultos nos gustaría).
Recuerda, no podemos “enseñar” a controlar esfínteres,
pero si ACOMPAÑAR el proceso.
¿Acaso crece más una planta por tirar de sus hojas?
CONFIA
CÓMO AFECTA EL CONFINAMIENTO A LOS NIÑOS
El confinamiento en casa debido al coronavirus es una situación especial que altera el día a
día de todas las personas, especialmente en los niños, ya que el entorno
donde vive el niño se altera, existen
cambios en sus hábitos y rutinas, tienen limitada la actividad motriz al aire
libre y no pueden interactuar con sus iguales.
Estas necesidades pueden producir situaciones de
enfado (llanto), aumentos de miedos, ansiedad, rabietas,
dificultades en la alimentación y el sueño.
CÓMO PREVENIR LAS DIFICULTADES
Y ACTUAR ANTE ESTAS
1. Establecer un equilibrio entre los aspectos positivos y
negativos del confinamiento, algunos aspectos positivos pueden ser la
disminución del ritmo diario de los niños, el aumento de tiempo de ocio, el
aumento de tiempo que los padres podemos pasar con ellos
2. Debemos mantener la estabilidad en los hábitos básicos, asegurando
las necesidades en el sueño y la alimentación, estableciendo unos horarios que
le permitan mantener el ritmo del día a día respecto a lo que hacían antes del
confinamiento.
3.- Sugerirles actividades atractivas y adaptadas a su edad,
construcciones, leer cuentos, bailar, juego libre, actividades
manipulativas con diferentes materiales,
guerra de cosquillas y realizar
actividades al aire libre si es posible
4. Evitar el uso de pantallas
con contenidos no apropiados a su edad (televisión, tabletas, móviles...)
5. Intentar mantener el contacto con otros familiares y con
los amigos. Lo podemos hacer a través de llamadas, vídeos o de
videoconferencias, lo que nos permitirá mitigar la situación de aislamiento
social.
7. La situación de confinamiento tiene un efecto claro sobre las
emociones de los padres o los adultos que están a cargo de los niños. En este
contexto será importante cuidar nuestras reacciones y por tanto, NUESTRAS EMOCIONES, ante los niños
en momentos de tensión o desánimo, evitando episodios de comunicación negativa.
EDUCACION EMOCIONAL Y LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL
La educación
emocional en los niños, cada vez tiene más importancia nos ayuda a entrenar y autorregular las emociones. El
objetivo de la educación emocional es conseguir que los niños tengan un buen
autoconcepto, seguridad y confianza en sí mismo, este es el objetivo común de
padres y educadores, que tengan un buen equilibrio emocional.
La familia es la primera escuela de las
emociones
Si conseguimos
que los niños aprendan a manejar de forma adecuada sus emociones,
estaremos ayudándoles a conseguir sus metas en el futuro, ya que las emociones
pueden ser facilitadoras o detractoras de nuestras metas. Para ello los padres
tenéis que aprender a interpretar sus emociones y lo que es más
importante, enseñarles a entender lo que sienten ellos y los demás, saber
expresarlo y canalizarlo.
En nuestra
escuela abarcamos la edad de 1 a 3 años,
por ello, nos centramos en las emociones
a esa edad.
Las emociones de 1 a 2 años
Los padres
jugáis aquí un papel fundamental, debéis animar a la exploración creando un ambiente de seguridad y confianza, pero a la vez dejando que experimente, que se
equivoque, que pida ayuda, que se autocorrija, que vea el error como parte del
aprendizaje …
Las emociones de los 2 a los 3 años
En
esta etapa ya es capaz de reconocer algunas de sus emociones y comienza a
reconocer algunas emociones de los demás, por ejemplo, puede consolar a un niño/a que esté
llorando o a alguien que esté enfadado.
Pero
tenemos que ayudarle a identificar, a ponerle nombre, todos tenemos las
emociones muchas veces mezcladas, pero necesitamos para organizarlas el
expresar cómo nos sentimos.
En
esta etapa son características las rabietas o berrinches. El niño necesita manifestar sus propios
intereses y tomar sus propias decisiones. Sin embargo, sigue
necesitando el apoyo de las figuras de apego. Esto unido a la dificultad para expresar e identificar las
emociones de enfado y/o frustración
de una manera apropiada hace que esta dicotomía entre dependencia e
independencia se exprese a través de comportamientos inapropiados: gritos,
pataleos, agresividad,… es decir, RABIETAS.
Sugerencias
para prevenir las rabietas:
-
Responder a las necesidades naturales del niño: necesidades básicas de cuidados y alimentación,
necesidad de expresarse, necesidad de jugar, necesidad de orden, necesidad de
contacto y apego,…Así, al igual que el sueño y el hambre son aliadas claves en
las rabietas, el hecho de que a un niño se le prepare un ambiente respetuoso
con las necesidades de libertad y autonomía, por ejemplo poner las cosas a su
altura para que no tenga que depender del adulto, ofrecerles actividades que
sean motivadoras, reales, necesarias…, no excluirlo en las actividades
cotidianas, preguntarles su opinión, … previene muchas de las rabietas asociadas
a situaciones cotidianas.
-
Establecer rutinas y avisar de los cambios de
manera anticipada, lo que permite un
aumento de la seguridad haciendo que el cambio de actividades que suelen ser
foco de rabietas, por ejemplo volver del parque o ir a la cama sean más
sencillos.
-
Explicar a los niños las decisiones de forma
razonada y las consecuencias
naturales y/o lógicas de sus actos sin tratar de sobornar chantajear para
conseguir o evitar algo.
Recordar que el adulto es el que debe mantener
siempre el control, ya que si un niño está teniendo una rabieta no lo hace por
gusto ni para ponerle a prueba. Durante el berrinche es necesario seguir
demostrándole respeto al niño, agachándose para hablarle desde su altura,
mirándole a los ojos, no gritándole,… Un error habitual es juzgar las
emociones, por ejemplo no debes enfadarte, en vez de la forma inapropiada de
expresar la emoción, por ejemplo comprendo que estés enfadado pero no debes
romper los juguetes cuando te enfadas.
No obstante, los berrinches aprendidos, son
consecuencia de la falta de límites cuando la situación lo requería, es decir, el niño “ha enseñado” a los padres
a que le dejen hacer lo que quiera ya que si no “la monta”
Pero tenemos que comprender que los berrinches emocionales
son consecuencia de que el niño no ha aprendido todavía a regular sus estados
emocionales correctamente. Si entendemos esto, que el niño está pasándolo mal y
necesita mi ayuda para controlar e identificar de forma correcta sus emociones,
estaremos ayudándole en su crecimiento emocional. Esto no significa ceder
siempre a lo que pida, dependerá del objetivo y de nuestros límites. Pero
ayudémosle a identificar sus emociones, preparándole un ambiente respetuoso con
sus necesidades, hablándole con respeto, razonando lo que se puede o no hacer y
anticipando las rutinas.
UN MUNDO QUE TIENE LÍMITES, NORMAS, OBLIGACIONES Y FRUSTRACIONES
Es natural como
padres querer evitar que no vivan situaciones que les generen frustración,
miedo o rabia, pero hay que dejarles que
experimenten todas las emociones. Incluso las que consideramos
“emociones negativas” para que lleguen a ser felices. A estas edades debemos dejarles que se enfrenten a las pequeñas frustraciones o decepciones
debiendo darles el apoyo, las explicaciones que necesiten y evitando la
sobreprotección.
ACOMPAÑAR
EN EL DESARROLLO INFANTIL ES TAMBIÉN, SIN DUDA, ACOMPAÑAR SU DESARROLLO
EMOCIONAL
¿Qué les pasa a los niños cuando juegan?
Estilo saludable en niños
El lunes 31 de marzo pudimos disfrutar de una charla-coloquio impartida por Dña. Inmaculada Cano, Enfermera de la Unidad de Pediatría del Centro de Salud de nuestra localidad.
El tema abordado en esta ocasión fue el "Estilo saludable en niños". Este tema va ligado a la prevención y promoción de la salud. Hizo especial hincapié en que debemos mantener unos hábitos saludables con los niños, ya que ellos en la vida adulta los seguirán teniendo. Lo que aprenden de niños lo desarrollarán en la vida adulta.
Alimentación equilibrada, ejercicio físico, higiene, prevención de accidentes y tratamiento de enfermedades.
Queremos agradecer en primer lugar la colaboración desinteresada de Dña. Inmaculada, así como la alta participación de las madres asistentes.
El período de adaptación a la escuela infantil
El ingreso en la escuela infantil supone un cambio muy importante para el niño, “normalmente” es la primera vez que se separa de su familia, sale de su hogar para pasar a un espacio totalmente desconocido, con adultos desconocidos y con otros niños.
Las familias también sufren una adaptación, ya que suele ser la primera vez que se separan de su hijo. Y lo mismo sucede con las educadoras, que también tienen que adaptarse, cada niño es diferente, hay que conocerle, saber sus gustos y preferencias, y conseguir que disfrute y sea feliz en la escuela infantil.
El acceso a la escuela supone paso muy importante en la vida del niño, y aunque en algunos casos al principio la separación le resultará dolorosa, el niño lo irá asimilando, y gracias a esta separación se incrementará su autonomía personal y su grado de socialización.
Es posible que durante este periodo puedan aparecer en el niño conductas de rechazo:
· - Hay niños que desde el punto de vista somático pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos…
- Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, surgen los celos de los otros hermanos, o pueden, incluso, tener comportamientos agresivos.
- Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, surgen los celos de los otros hermanos, o pueden, incluso, tener comportamientos agresivos.
· Desde el punto de vista afectivo y social se observa:
o Niños que lloran: es la manifestación más generalizada.
o Niños que no lloran y participan en la escuela de forma resignada porque la actividad les resulta novedosa, pero en el hogar manifiestan conductas negativas.
o Niños que lloran y se niegan a ser atendidos por extraños.
o Niños que se mantienen aislados, no participan, no se relacionan, permanecen sin moverse.
o Niños que se aferran fuertemente a algún objeto que traen de casa, participan pero con el objeto en la mano.
Estas son manifestaciones normales de este periodo y si se entiende de una forma natural se ayudará al niño en la resolución de este proceso que es el periodo de adaptación.
Para todo ello va a necesitar que le ofrezcamos una gran comprensión y ayuda, ayuda que no consiste en evitar sus sentimientos y conflictos, sino en entenderlos. Es muy importante entender que cada niño tiene un ritmo de adaptación personal que hay que respetar.
Durante el período de adaptación, existe una separación mutua de niño-familia, no sólo se adapta el niño, sino que los padres van a tener que adaptarse también.
Los padres tienen una gran influencia en sus miedos, sus expectativas, su ansiedad,... todo lo que los padres sientan: La inseguridad, la culpabilidad por la separación, el temor ante el cuidado que vaya a recibir el niño, todo eso son sentimientos habituales en los padres, pero deben cuidar al máximo sus manifestaciones externas, para no trasmitir al niño inseguridad.
Algunos consejos:
· La actitud de los padres es muy importante. Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad.
· Durante el periodo de adaptación, en la medida de lo posible es conveniente que intenten llevarle y buscarle los papás, eso dará seguridad al niño y se acostumbrará antes al cambio.
· Hay que evitar el chantaje afectivo de “no llores que mamá se va triste”, o la mentira “no llores que mamá viene ahora”.
· Cuando sea la hora de marchar es mejor no alargar la situación: decir adiós con seguridad y alegría. Es importante que no piense que la marcha de los padres es opcional o que si protesta con fuerza impedirá la partida.
· No prolongar las despedidas en exceso. Hay que trasmitir al niño que es lo mejor para él.
· Si el niño lo desea puede llevar a la escuela infantil su juguete favorito, algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.
· No es un buen momento para introducir más cambios en la vida del niño (quitar pañales, cambio de habitación...) Será conveniente esperar a que supere el proceso de adaptación.
· Puede que el niño, en el reencuentro con los padres llore o muestre indiferencia, estas son algunas manifestaciones que no deben angustiar, a veces el niño también experimenta sentimientos ambivalentes, contradictorios, al mismo tiempo siente la separación con la educadora y el deseo de ir con sus padres.
· Ese pequeño desequilibrio del inicio del curso debe contemplarse desde una actitud serena de normalidad.
Objetivos para los papás
· Superar la angustia de la separación.
· Confiar en el equipo educativo.
· Despediros de vuestros hijos sin engaños y con seguridad.
· Conocer y valorar el periodo por el que pasan vuestros hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario